Las malezas pueden afectar de forma perjudicial al desarrollo de la vid. Afectan tanto a la parte superior como a las raíces de la parra, ya que compiten por los recursos disponibles en el suelo (agua y minerales). Esto a corto plazo genera una pérdida de rendimiento, calidad y vigor, y a mediano-largo plazo puede provocar pérdidas de producción y un envejecimiento prematuro.

El herbicida sistémico, que se utilizó para este proceso, se caracteriza porque afecta a todo el conjunto de la planta (maleza), ya que ésta lo absorbe y transporta a otros órganos a través de su sistema vascular. Presenta una movilidad alta y elimina las malezas desde la raíz a diferencia de lo que ocurre con el herbicida de contacto, que solo actúa sobre el órgano de la planta que recibe la aplicación directa.

Finalmente para mejorar la acción de los herbicidas utilizamos coadyuvantes, que son formulaciones químicas usadas en mezcla con el herbicida para potencializar los beneficios de estos, ya que ayudan en la deposición de las gotas, a mejorar el mojado y la persistencia del ingrediente activo del herbicida, lo que se traduce en aplicaciones más eficientes y controladas.